Oamaru |
Se trata en realidad de una de las ciudades más extrañas que visitamos. Había poca gente por las calles del distrito histórico, y la mayoría de edificios eran muy antiguos, aunque bastante bien conservados.
La principal rareza la constituían las tiendas, algunas de ellas decoradas igual que en la época victoriana (de hecho en una de ellas la dueña iba vestida también de la época).
La arquitectura de Oamaru es muy llamativa por sus formas tan distintas a la mayoría de ciudades del país.
Saint Luke's Anglican Church |
Como anécdota, nos encontramos con este curioso tren. Al tirar una moneda a la máquina empezaba a rugir y a escupir fuego y humo.
Tren de Oamaru |
A parte de por su centro histórico, Oamaru es muy conocida porque en sus costas hay algunas poblaciones de pingüinos a lo largo del año.